Estamos en el mes de los difuntos. La semana pasada ya hablamos un poquito de la fiesta de todos los santos, fue curiosa la llamada al programa Moral de cada día del pasado viernes, de una señora que dijo “hay que hacer las cosas cuando están vivos, que después ya es tarde”. Estoy totalmente de acuerdo, pero también es cierto que una vez que han muerto nuestros seres queridos, lo mejor que podemos hacer es ofrecer misas por ellos, incluso podemos ofrecer misas por aquellos que no conocemos, por aquellas almas de las que nadie se acuerda, nadie reza por ellas. Rezar por los difuntos repercute en bien de todos, porque al final la Iglesia que está formada por los que están en el cielo (Iglesia Triunfante), los que estamos aquí, en la lucha contra el diablo (Iglesia Militante) y los que están en el purgatorio preparando su alma para entrar en la presencia de Cristo (Iglesia Purgante), están unidas a través de la oración y la mejor manera de orar es ofrecer la Santa Misa. La santa Misa es el sacrificio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo que se repite en el Altar, Cristo se ofreció y sigue ofreciéndose cada día para redimirnos del pecado y abrirnos las puertas del cielo, por eso ofrecer una misa por los difuntos es lo mejor que podemos hacer, para que los méritos de la Pasión de Cristo se apliquen por ese difunto. En algunas ciudades grandes ya se está perdiendo la costumbre de decir misas funeral, no nos damos cuenta de que estamos perdiendo algo muy grande.

Mucha gente pregunta si es lícita la incineración, sí que se puede. En un período de la historia no se enterraba a los muertos y se incineraban por odio a la Iglesia, por un rechazo al dogma de la resurrección de los cuerpos, pero no es el caso actual, lo único que pide la Iglesia y, últimamente el Papa ha hecho hincapié en ello, es que se tenga respeto por esas cenizas y no se esparzan por ahí, si no que se lleven al camposanto, donde reposan los cuerpos o cenizas de los muertos cristianos

Aprovecho este pequeño artículo para invitarte a leer el de “Cuidados paliativos” donde explicábamos a través de una entrevista al Dr. Francisco Menéndez Ramos, jefe clínico de la sección de dermatología del hospital Virgen de la Luz de Cuenca temas como la donación de órganos o las medidas extraordinarias para alargar la vida.

Todas estas cosas son muy sencillas pero desgraciadamente hay mucha gente que no las sabe y es que los sacerdotes no llegamos a todo. De ahí la importancia de la colaboración de los fieles con los sacerdotes en las parroquias o en las obras de apostolado. No nos podemos hacer a la idea del trabajo del sacerdote, la tarea pastoral no es solamente de los sacerdotes porque parroquia somos todos. Hay muchas cosas que pueden hacer los laicos y estoy seguro que muchas veces no las hacen porque no caen en la cuenta. Todos tenemos que asumir labores de oración por supuesto pero también labores de evangelización. Dios no se deja ganar en generosidad y cuando tú te das Él te da el doble. Te invito a probarlo.

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