Vamos con lo que san Ignacio pone al final de los ejercicios espirituales, la contemplación para alcanzar amor. Y además añadiremos el misterio de Pentecostés para, en la medida de lo posible, saborearlo y pedirle al Señor que nos envíe el Espíritu Santo. Conviene advertir dos cosas: la primera es que el amor se debe …