Han prohibido morirse con honor. Proclaman una muerte digna, invitando a las personas mayores a desaparecer porque, según muchos, son un lastre económico, y paso a paso, lentamente, nos han quitado el derecho de morir con honor. Decía mi profesor de historia que aquél que no honre la memoria de sus antepasados, no será digno de ser recordado por sus descendientes. Algo así puede pasarnos, si sólo seguimos, esperando a ver qué prohíben.

Hace poco tiempo, quizás ya cinco meses, un sacerdote del pueblo vecino, mayor, de los de toda la vida, de los que han mantenido la Fe de la gente sencilla, con su perseverancia, con gran serenidad, me decía por teléfono, en pleno confinamiento que, según le parecía a él, había un interés especial en hacer desaparecer cualquier referencia a la muerte. En ese momento no le di importancia a lo que me decía, colgué el teléfono y toqué las campanas, para la Santa Misa que, en esos días, estaba retransmitiendo por el canal Youtube.

Al pasar los meses, llegó un momento en que, según las normas establecidas, en Santa María del Campo Rus, podíamos ir mil personas a una fiesta, pero al cementerio, solamente cincuenta. Es verdad que no entiendo de política, y que tampoco me interesa (con perdón), pero veo un agravio comparativo grave, y una segunda intención, por no hablar de engaño, corrupción y latrocinio, a lo que estamos viviendo este año en España, y en otros muchos lugares.

A día de hoy, y encontrándonos en nivel dos en toda Castilla la Mancha, se supone que en un cortejo fúnebre solamente pueden ir seis personas y, con todo el respeto a la enfermedad, y mucho más a los fieles difuntos, cuyo mes estamos celebrando; voy a hacerme una pregunta: ¿El chófer del coche fúnebre, el sacerdote, y el difunto, también cuentan? Señores políticos, ¿ustedes combaten la enfermedad o se aprovechan de ella? ¿Les daba mucha rabia que el pueblo español, allá donde fuese, siguiera rezando por los muertos? Por eso prohibieron las Misas de cuerpo presente en las Islas Baleares, diciendo que era por higiene, mucho antes del COVID. ¿Que no sería por esconder los difuntos al turismo? Mentirosos, y disculpen, no encuentro ningún nombre más suave. En las olimpiadas de Barcelona, en 1992 taparon las tumbas del cementerio de Monjuich porque se veían desde el Estadio Olímpico. ¿Qué se piensan? ¿Que si las tapan ya no nos moriremos?

No podemos vivir tapando la realidad de la muerte, no podemos dejar de vivir, que también lo están intentando, por el miedo a morir. Y mucho menos, podemos dejar de honrar la memoria de tu padre, de tu hija o de tu abuelo. ¿Nadie va a decir basta? ¿Qué no veis que no tiene sentido, que los muertos no contagian? Cementerios cerrados, funerales prohibidos. Sí, aquel sacerdote tenía razón, y voy a dejarlo ya porqué sé que me diría: «Antonio María, tranquilo, llevas razón, pero a nosotros nos toca celebrar por ellos».

Llorando les digo que en los entierros del pueblo, cada vez somos menos. Que la muerte sigue presente, ahora, gracias a Dios, ya sin COVID, pero que un pueblo que nunca faltaba en ese momento, hoy, quizás con miedo, con razón o sin ella, se queda en casa. Espero en el alma, que recemos por ellos, le pido al Señor, que tú, si has dejado de venir, no pierdas a ningún ser querido en estos meses, o años, o lo que el Señor permita; y, por el amor de Dios, si puedes, aunque se crean que nos lo impiden, no dejemos de dar consuelo a los que quedan, de rezar por los que marchan, y de asistir a Misa, que hay un mal peor que la pandemia: la amargura, la soledad, la falta de libertad, y el adiós desconsolado, de una tierra que, por miedo, ha perdido lo Sagrado. Pueblos de España, no olvidéis la razón de lo que os hizo entrañables, levantad el corazón a Dios, y rogad por nuestra Patria. Porque muchos murieron por defender esos valores, y hoy los recordamos: ¡Caídos por Dios, y por España!, mártires que supisteis perdonar y dar la vida, abrid nuestros ojos para saber que, a veces, arriesgar por lo que mantiene los valores de nuestros mayores, llega a ser imprescindible, porqué hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.

Dale, Señor, el descanso eterno, y brille para ellos la luz perpetua, descansen en paz. Amén.

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7 comentarios

  1. Verdad como un templo.
    Gracias por recordarlo a todos con tu escrito, q me da escalofríos de ver q nos están haciendo contra los cristianos lo mismo q en otras persecuciones, está es por la ley y por lo bajo, pero persecución és. Un abrazo grande

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  2. Querido Padre:
    le escribo desde Uruguay, un país de América del Sur muy pequeño y muy laico, somos pocos los católicos aquí siempre leo sus cartas, me llegaron por el Obispo Emérito de Minas Jaime Fuentes
    Sabe, en estas épocas mi país ha tenido la suerte de no llegar a los quinientos enfermos del covic 19, pero se han tomado medidas que antes también se hacían ,cada vez se velan menos a los muertos y nadie va a los cementerios, sólo concurren a enterrarlos, hemos dejado la costumbre de dar misa por el descanso eterno de sus almas
    Yo no puedo enmendar la plana a nadie, soy una señora mayor de 63 años que tengo un negocio y trato de hacer las cosas equitativamente, cumplir las leyes y ser una buena cristiana, aquí las misas están aforadas pero muchos no vamos por temor a contagiarnos porque eso es lo que sentimos todos los días por todos los medios de comunicación, casi me he aislado del mundo, dirijo mi empresa desde mi escritorio y con cámaras de vigilancia, somos como ganado siguiendo a nuestro pastor, en mi caso, mi pastor es el Señor, todas las noches rezo el rosario y doy gracias por las bendiciones que recibo cada día, no juzgo a nadie porque el mundo sigue aunque a nosotros no nos gusta la forma en que lo hace
    Pido a Dios que ilumine la mente de los científicos para encontrar una cura para ese mal, Le pido no solo por esas pandemias sino las que no tienen cura, el hambre,la guerra, los niños en los campamentos de refugiados y ahora nos tocó a nosotros también
    Como cambiar al mundo, solo siguiendo al Señor, cuando siento miedo, me imagino que me lleva de su mano como un padre lleva a su hijo y continuo mi vida
    Yo vivo el día a día ,esperando que esto termine y todo vuelva a ser como antes y los católicos volvamos reforzados en nuestra fe
    El miedo puede hacer muchas cosas,Ud.lo sabe, tiene mas experiencia que yo, pero debemos seguir y defender nuestros principios
    Le pido perdón por atreverme a escribirle y le doy gracias a Dios que a tantos kilómetros pueda yo saber lo que Ud. piensa y me ayuda a sentirlo como mi hermano en Cristo
    Afectuosamente
    Nancy Arambel
    ________________________________

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    1. Muchísimas gracias! Qué alegría que me escriba. Monseñor Jaime Fuentes es familia de mis primos.
      Un fuerte abrazo, te encomiendo y gracias por escribir+

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