Ulpiano y Matilde, me impactó que se acordaran de los nombres. Les he celebrado algunas Misas por su eterno descanso. Se trata del último matrimonio que fue a celebrar su boda, andando, desde Villar de la Encina, hasta la Puebla de San Blas, danzando por las calles del pueblo. No hace tanto tiempo que desapareció. La última mujer que vivió allí, vino a Villar de la Encina en 1882. Es decir, después de vivir largos años en el pueblo, la enterró Don Julián Sevilla, mi predecesor como párroco (el cura anterior). Sin embargo, el tiempo no perdona y de aquella aldea, perteneciente a los dominios del Castillo de Haro, y últimamente, al término municipal de Castillo de Garcimuñoz, sólo quedaban los cimientos y enterrados.
Eran poco más de las doce del sábado, día 4 de febrero de 2023. Habíamos llegado en procesión y los mayores del pueblo cortaron la cinta para entrar en la Ermita nueva, recién terminada. Ha sido largo y costoso, pero la ilusión de los villaencineros que echaron y echaron peonadas para levantarla se ha hecho realidad. Don Santiago Vieco, alcalde del pueblo, dio las gracias a tantas personas como han hecho posible la construcción de la Ermita, sus pinturas, que después explicaré, el material de construcción, traído por Claudio Roda, y cobrado sin prisa. Los trabajos con Salva, al principio de todo, con sumo cuidado para localizar donde estuvo la antigua ermita. Los permisos pertinentes y su proyecto, por ser lugar de pública concurrencia. La Banda de Música de Villamayor de Santiago acompañó la procesión y la Liturgia, con cantos tradicionales que cantamos los que pudimos. Unas palabras en la homilía de Don Eduardo, hijo de Huete, aunque también sea un poco nuestro. El santo regalado, desde Horche, por Don Julián, con la cabeza del antiguo patrono de la Puebla, que apareció allá por los años ochenta al desenterrar a quien lo tenía guardado. ¿Qué quieren que les diga? Una preciosidad de jornada a la que acompañó el tiempo y unas gachas a la salida, junto al también nuevo Centro de Interpretación, realizado minuciosamente para la explicación de todo el conjunto, con fondos europeos.
Quisiera destacar algo que dijo el Alcalde y una cosa de la homilía. Lo primero que es cierto que las obras cuestan dinero, pero mucho más real que hay que hacerlas con ilusión, y en esta jornada de sábado, había mucha, como premio a toda la que pusieron en estos años para llevar a cabo el proyecto, y de la homilía, que estemos atentos para que no se desarraiguen del verdadero sentido de Fe, las fiestas religiosas.











Vicente García, el pintor, a mi lado en la foto de portada, junto a Santiago, explicó el sentido de todo lo que queda plasmado en su obra, absolutamente simbólica. Lo primero que dijo es que la ermita está dedicada a San Blas, en el centro, pero a su derecha aparece también San Roque, patrón de Villar de la Encina, con las llagas bien marcadas, siendo el momento de ser pintado, el mismo en que toda España estuvo confinada por el Covid19, en el Estado de Alarma. Le daba devoción pintarlo por ser patrón de los afectados por la peste.
Al fondo de la iglesia se ve a alguien con los brazos abiertos: representa al Alma, con Santa Bárbara a la derecha y San Sebastián a la izquierda, martirizado. Ella evoca la Creación, bien ordenada y con colores vivos. Es un rincón hermoso que recuerda a la Ciudad de Dios, que decía San Agustín, la Jerusalén celestial a la que todos deberíamos querer llegar, con las virtudes que están pegadas al Alma: La Fe, la Esperanza y la Caridad, y la Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza. Al otro lado, junto al corazón, están los pecados capitales, que muchas veces entran por él, y una ciudad de rascacielos destruida. Ella recuerda a Babilonia, la ciudad de pecado.
En la pared lateral están dibujados y pintados santos anónimos, recordando a todas las personas mayores que nos han precedido en la Fe, y que forman parte de los santos pero no tienen hornacinas, ni sus nombres han sido reconocidos por la Iglesia ni por la historia. Tu abuela y la mía, los santos de la puerta de al lado, que dice el Papa, y que los celebramos a todos el día 1 de noviembre. A ellos les pedimos que rueguen por nosotros.
En el otro mural, aparecen los tres amores, sosteniendo una barra de pan con la cabeza, queriendo significar que deben ir juntos para que se dé la verdadera comunión: el Eros, la Filia y el Ágape. Los tres amores, pasional, de amistad, y sobrenatural, deben acompañarse uno al otro, para conseguir el Amor pleno. Más adelante aparece el camino que debe recorrerse tras pasar por encima del éxito y del fracaso, y casi llegando delante de todo, aparece Santiago Matamoros, y Santiago de peregrino con la Virgen del Pilar, junto a Santiago el Menor y San Judas Tadeo, recordando su martirio decapitado. Pidamos a los Apóstoles que sean nuestros intercesores en el camino de la vida, para poder ser también «Luz del Mundo» y «Sal de la tierra».
Gracias a todos por este día tan maravilloso, espero que sabrán disculparme por la brevedad y por haberlo escrito todo de memoria, y ¡felices fiestas a todos! Que el Santo Obispo nos proteja la garganta y nos permita decir siempre la verdad, y anunciar la Patria verdadera que no tendrá fin. ¡Viva San Blas! y ¡Viva San Roque!
Iré a ver esa ermita.
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